IEn las profundidades inexploradas de la Cueva del Guácharo, un reino envuelto en sombras y custodiado por los enigmáticos guácharos, los fundadores de Goatsucka tropezaron con un tesoro oculto: Wacharo. Este raro hallazgo dio lugar a la creación de un café de origen único que, al ser degustado, transporta al bebedor a otra dimensión en la que puede explorar libremente su espíritu audaz y el misterio de las cavernas de Caripe.

Cosechar estos granos no es tarea fácil; se necesita tenacidad y resistencia, ya que el viaje es largo y vigoroso. El aventurero debe emprender el viaje de noche, guiado solo por el canto de los guácharos. Adentrándose en la cueva, lejos de las estrellas y la luz de la luna, serpenteando entre las estalactitas hasta llegar al destino final: las cerezas de café del Guácharo.

A medida que se recogen las cerezas, los espíritus de la cueva se absorben en ellas, y sin GPS para guiar al explorador de vuelta al tostador, son los espíritus quienes marcan el camino.

El proceso de tostado se realiza de noche. Es una alquimia ritualística nocturna que transforma estos granos en una infusión que no solo captura la esencia de la Cueva del Guácharo, sino que promete algo extraordinario: un sorbo que desbloquea los potenciales ocultos del bebedor.

Preparar Wacharo acerca al ser humano al espíritu indomable de Caripe y a la filosofía de Goatsucka. Y aquí está la mística: aquellos que se atrevan a disfrutar de la infusión de Wacharo pueden encontrarse con poderes sobrenaturales semejantes a los de los guácharos. Sentidos agudizados, intuición elevada y una energía vibrante recorriendo sus venas; cada sorbo los impulsa a un reino donde lo extraordinario se convierte en lo ordinario.